viernes, 17 de junio de 2016

Un amor no verdadero

¡Hola! Hoy continuaré la historia, espero les guste.



Capítulo 1 parte 2

Ella suspiró, cansada de lo mismo, y se fue, aprendiendo la lección de que no podía confiar en las palabras de aquel joven, por eso, al llegar a casa, sacó las lágrimas que le quedaban, y cerró esa puerta con seguro para no verlo más, y hacerse la idea de que todo fue una mentira.
Él, mientras tanto, se quedó ahí, inmóvil, y esperanzado de que se volteara para verlo y le abriera con esa sonrisa tan bonita que tenía; o al menos eso pensaba.

-Bien, empecemos –dijo la joven al tener el proyecto de Biología por delante- tenemos que comenzar con ver las bacterias con el microscopio, y después anotar los…

-Tranquila, sabelotodo –respondió con fastidio- un paso a la vez.

Ella no lo tomó a mal, al contrario, sonrió de la forma más sincera que pudo, cosa que a él le agradó y lo sumergió.- Lo siento –se excusó-, me gusta la Bilogía…

Por primera vez, se sintió tan tranquilo y en paz, porque pudo confesar que también era su materia favorita y comenzaron a hablar de células y la teoría de Darwin sin importar el tiempo y su rápido curso. Con sus otros amigos tenía que fingir que nada le importaba, aunque fuera bueno en los deportes, haciéndolo popular entre el resto, y que le gustaba la poesía.

-No juegues –respondió la chica al saber que él tenía un blog personal.

-No juego –dijo muy serio-, escribo de forma anónima.

-Yo estaría encantada de leerte –dijo en voz baja, provocando que él se acercara más, y finalmente la besó. Fue dulce y cálido, pudiendo ella olvidar que una vez la llamó cuatro ojos, eso no importaba, lo amaba desde el primer día del bachillerato.

Olía a crema de fresas, su favorita, y no podía dejar de besarla, ¡era tan adictivo! Y diferente, ¡sí que lo era! Su timidez la delataba, estaba casi seguro de que fue el primero en su vida, pero no quiso preguntar, así que solo se separó de ella para respirar.

-“De nuevo esa sonrisa” –pensó cuando la vio sonrojarse, y pensó que no podía haber algo mejor.

Pero ahí estaba, sin poder moverse, maldiciendo por lo que había sucedido, y pensó en las cosas que podía estar haciendo con ella si la hubiese defendido, pero no lo hizo, y estaba viviendo las consecuencias.

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