jueves, 26 de mayo de 2016

Sequía

Han sido duras las sequías que habitan en mi corazón.

La arena caliente reseca mi cuerpo, y las gotas de lluvia se secan al caer.

Mi alma desértica no tiene habitantes, solo una piedra inmóvil que antes tenía vida y bombeaba sangre.

Mis pies se resquebrajan, mi sensibilidad desaparece, y todo a mi alrededor es arena caliente.

No hay nadie, sola estoy, con el Sol quemándome, y mi cerebro sofocándose, consumiéndose en pensamientos tristes y de venganza.

Así soy, un desierto sentimental, sin ganas de gritar y suplicar ayuda, soy más fuerte que eso, más fuerte que el Sol.

Sequía, mi vida es una sequía.





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