Violada
De alma, cuerpo y
corazón
Abandonada
En el suelo frio y
sin compasión
Sin escrúpulos
Aquel que osó tocarte
Para su cruel
beneficio
Su placer propio
Cobarde
Aquel que te vio por
ahí
Sin saber nada de ti
Y rompió toda
confianza, todo amor, toda pureza
Que llevabas por
dentro
Sueños machacados en
un segundo
Por un minuto de
incesante agonía y gozo
Para tirarte luego
cual trapo
Llorando, produciendo
un monstruo
Te faltaron el
respeto ese día
Manchando inocencias
Arrastrando demonios
De esta cruel sociedad.
Un duro poema, sobre todo por la realidad que hay tras sus versos. Cosas así no deberían suceder jamás...
ResponderEliminarUn saludo, Bárbara. Me ha gustado mucho :)
Me alegro mucho que le haya gustado :) gracias por comentar.
ResponderEliminarSon bellas palabras para describir una situación que, por desgracia, es muy real y que no tiene nada de bella. Espero ansioso el día en que ninguna mujer jamás vuelva a pasar por semejante trance.
ResponderEliminarSaludos.
Yo espero lo mismo siempre :/
Eliminar