viernes, 22 de abril de 2016

Una mujer deseada




Eres luz, y oscuridad
Eres amabilidad y maldad
Eres lo mismo, y lo contrario
Eres ese amor precario
Eres coincidencia y suerte
Eres vida y muerte
Fría el agua que tocas
Calor lo que provocas
Defensora de tus ideas
Nadie se atreve a opugnar lo que correcto consideras
Acaricias pieles con tu mirada
No pides nada de regreso, ni una llamada
Porque no lo mereces
Eso piensas, eso adoleces
Eres todo y nada
Eres la llama apagada
Eres una gota de agua
Que se seca en la tierra mojada
No quieres recompensas
Por esa luz quemada
Y esa rama por el viento llevada
Recuérdalo, no eres una marginada
En mis sueños te llevo, dulce amada
Mi diosa
En mi mente reposa
Lo que queda de ti
Y todo lo que eres para mí.



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