domingo, 17 de abril de 2016

Duplicado


Crecí creyendo que mis defectos eran los peores, y que los de los demás eran aceptables.

Crecí aprendiendo que tenía que ser como los otros para ser querida, que mi personalidad no valía nada.

Crecí creyendo que mi cuerpo no era hermoso, que era una ofensa al estereotipo.
Crecí sin saber mi rumbo en la vida.

Crecí sin saber aceptarme, crecí perdida, marcando vagamente el suelo que pisaba, sin dejar huellas.

Crecí golpeando mi vida, dejando que la vida me golpeara.

Crecí abandonada, y ni mi sombra me acompañaba.

Tanto crecí, que no sé quién soy, y cuando podía defirnirme no lo hice.

 Tarde me di cuenta que no hay nada mejor que ser tú, ser esa persona única, de esas que no se consigue un duplicado en otra parte.

2 comentarios:

  1. Jamás es tarde para aprender, amiga mía.

    Gran texto y gran reflexión.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu comentario, es cierto que nunca es tarde para aprender a amarse uno mismo, un saludo :)

      Eliminar